Julio de 1869
Decían Aristóteles, Descartes, Bacon y otros muchos sabios de cuyo nombre no puedo acordarme, que la monarquía, aun después de votada por unas Cortes Constituyentes, es la más funesta, la más despótica, la más desacreditada de las formas de gobierno habidas y por haber. Háganme Vds. el favor de leer esto en voz baja, pues de otra manera los tribunales podrían seguirles a Vds., causa por proferir gritos subversivos. Si señores; esto decían aquellos ilustres varones y si no lo decían, aseguro desde luego que podían haberlo dicho, sin temor alguno de ser desmentidos por la lógica. Cumple a mi circularismo suplicar a Vds. encarecidamente que todo lo que pueda yo decir hoy y en adelante, entiéndase que lo digo bajo el punto de vista estrictamente teórico y que si alguna vez el entusiasmo me lleva a gritar «¡abajo la monarquía!» se reduce toda mi aspiración a que la monarquía se derrumbe todo lo más teóricamente posible... así... por el estilo de la que se derrumbó en septiembre. ¿Quié...
